Nueva novela de Juan Marsé (Barcelona,
1933), fiel una vez más a la ambientación que ha marcado casi todas sus
novelas: la posguerra catalana y la ciudad de Barcelona (“espectral y
famélica”), en concreto los barrios de Gracia y Guinardó. En esta ocasión, la
acción comienza en 1982, en plena transición política, cuando un guionista y
novelista, que puede ser el propio Juan Marsé, recibe el encargo de escribir un
guion cinematográfico basado en un crimen cometido en 1949 en la cabina de
proyección del cine Delicias.
El
asesino, Fermín Ricart, operador de cine, mató a la prostituta Carolina Bruil
Latorre, con quien mantenía una relación desde hacía tiempo. Detenido y
juzgado, durante el juicio declaró que no recordaba nada de lo sucedido, por lo
que fue condenado a ingresar en el hospital psiquiátrico de Ciempozuelos.
Para
escribir el guion, Juan Marsé se pone en contacto con Ricart, y durante una
temporada, casi todos los días, acude a la casa del escritor para rememorar
aquellos hechos y, también, para desmenuzar su vida. La novela es, sobre todo,
estos recuerdos, que trasladan a Fermín a su vida, círculo de amistades,
situación política, etc., de esos años y también al propio Marsé que tenía unos
quince o dieciséis años cuando tuvieron lugar aquellos sucesos que recuerda
confusamente.
Desde
el puto de vista narrativo, la novela tiene muy poca entidad, pues el argumento
es demasiado esquemático, aunque Marsé retuerza la trama para darle
algo más de entidad. Desde este punto de vista, la novela no levanta el vuelo,
a pesar de evocar la Barcelona que ha sido protagonista de tantas novelas de
Juan Marsé.
Más
interés que la novela propiamente dicha, tienen los puntuales comentarios y
opiniones (algunos, polémicos e incendiarios), que lanza el narrador Marsé
sobre cuestiones más o menos de actualidad. Unas tienen que ver con el cine
(una de sus pasiones, que determina hasta su propia escritura, como se destaca
en su reciente biografía Mientras llega la felicidad); otras con la política, el nacionalismo catalán, la política
y la literatura, etc. La novela, a su manera, es también una crítica reflexión
sobre la transición y la memoria histórica. Para Marsé, “la desmemoria fue
decretada en este país oficialmente a partir de la Transición y después
macerada y propiciada por determinadas políticas culturales; nos robaron y
adulteraron el pasado”.
Sin
embargo, ni siquiera la conocida mordacidad de Marsé consigue tener en esta
ocasión un interés novelesco.
Esa puta tan distinguida
Juan
Marsé
Lumen.
Barcelona (2016)
240
págs.
21,90
€ (papel) / 12,99 € (digital).
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