50 lugares simbólicos, emblemáticos, históricos sirven al autor, redactor jefe de la Revista Historia de Iberia Vieja y escritor, para contar la efímera vida de la II República de una manera distinta a la habitual. El autor ha elegido 50 lugares que tuvieron su singular protagonismo durante la II República para trocear la historia con mayúsculas y ofrecernos con otro estilo minúsculas historias con las que se desarrolla el nacimiento y la evolución de este momento histórico, primero con un arrollador entusiasmo y luego con un patético dramatismo.
Siguiendo el ritmo cronológico, salen a nuestro encuentro lugares como el Ayuntamiento de Éibar, primer lugar donde se proclamó la II República a primera hora de la mañana; el Ateneo de Madrid (como escribe Frutos, “conciencia moral de la República”), donde sonó por vez primera el himno de la República; la Casa de Campo, que pasó en esos años al pueblo de Madrid; el Puerto de Valencia; el bar Chicote; el Gran Kursaal de San Sebastián; la Cámara Santa de Oviedo; la casa del político Calvo Sotelo en Madrid, donde fue asesinado…
Libro muy ameno, repleto de anécdotas, que sirve para conocer aspectos aparentemente tangenciales de la historia que, sin embargo, leídos todos en conjunto, forman un apasionante relato insólito, original, singular. La buena pluma del autor, las constantes referencias costumbristas e históricas (a sucesos del pasado y del presente) salpican el libro de pequeños y domésticos detalles, muy interesantes, con los que casi siempre se acaba luego construyendo la historia con mayúsculas.
La Segunda República en 50 lugares
Alberto de Frutos Dávalos
Cydonia. Madrid (2019)
310 págs. 16 €.
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