Hay muy pocos divulgadores y escritores como Ángel García Prieto que se hayan dedicado con tanto entusiasmo a escribir sobre Portugal, un país que adora y conoce a la perfección y que siempre está redescubriendo, haciendo partícipes a sus lectores de sus diferentes miradas sobre Portugal, bien en libros solo suyos o escritos con otros amantes de Portugal afincados en Asturias y pertenecientes como él a la Asociación de Amigos del Fado de Asturias (AAFA), que organizan festivales de fado en Asturias y excursiones al país vecino, experiencias que Ángel García Prieto ha contado también en su libro Unos españoles en la corte del rey fado.
Con el autor, hemos recorrido los lugares más emblemáticos de la denominada raya en su libro La raya permeable; hemos conocido los lugares más vistosos por los que pasan dos grandes ríos portugueses que nacen en España y mueren en el Atlántico en sus libros El río Tejo y El Douro; también hemos viajado al norte, a la rica, polivalente y verde región del Minho portugués en La region del Minho, y al sur, en su último libro Viaje con el viento portugués a la luz del Algarve, que ayuda a descubrir aspectos insólitos de uno de los lugares más turísticos de Portugal.
Su nuevo libro, también editado en Ediçoes DG, editorial asentada en la localidad de Linda-a-Velha y que dirige un amigo de Ángel y gran experto en fado, Daniel Gouveia, tiene como co-autor a Pedro Trabajo Vega, nacido en la provincia de León pero que lleva afincado en Asturias muchos años, donde ejerce como psiquiatra. Ha sido presidente de la Sociedad Asturiana de Psiquiatría y es también una persona profundamente enamorada de Portugal, como demuestran los diferentes textos que aparecen en este libro.
El hilo conductor de sus escritos es la admiración que siente Pedro Trabajo Vega por la figura precursora del psiquiatra y neurocirujano António Egas Moniz (1874-1955), premio Nobel de Medicina en 1949 y una eminencia en Portugal. Trabajo Vega conoció sus obras y sus ensayos médicos y se interesó tanto por su figura que viajó a conocer la Casa Museo del médico, que le da pie a hacer sugerentes comentarios sobre la vida, la medicina, la psiquiatría y Portugal. Egas Moniz hizo escuela, como se ve en otro de los capítulos, dedicado al reconocido psiquiatra Joâo Lobo Antunes, que fue asistente de Pedro de Almeida (quien trabajó con Egas Moniz) y donde conoció al famoso psiquiatra también portugués António Damásio, de fama internacional.
Joâo es hermano de otro psiquiatra muy famoso, António Lobo Antunes, pero no por la psiquiatría sino por la literatura: António es un prestigioso autor, muy traducido, con una obra muy exigente que muestra el devenir de la historia portuguesa en la segunda mitad del siglo XX. En las páginas que le dedica Trabajo a este escritor queda patente que António, a diferencia de su hermano, no es precisamente un apasionado de la psiquiatría.
Trabajo Vega dedica otro breve capítulo a analizar los heterónimos de Fernando Pessoa, asunto que sigue despertando mucho interés entre psiquiatras. El último capítulo es un homenaje a Lisboa, comentando los lugares que frecuentaron los protagonistas que han aparecido en los capítulos anteriores.
Por su parte, Ángel García Prieto ha reunido en este libro diferentes ensayos dedicados de manera exclusiva a Portugal. A diferencia de libros anteriores, estos textos son mucho más narrativos y en ellos tienen su peso y su valor las opiniones y comentarios del autor, que aparecen en primera persona. García Prieto, como suele hacer muy a menudo en sus libros, en los que mezcla la literatura y el libro de viajes, dedica su primer texto a la ciudad de Oporto, que recorre de la mano del periodista lisboeta Firmino, uno de los protagonistas de la conocido y recomendable novela del escritor António Tabucchi, La cabeza perdida de Damasceiro Monteiro. Tabucchi, italiano, es otro “enfermo” de Portugal, como se puede apreciar en su trayectoria literaria.
Otros capítulos están dedicados a una expedición a las curiosas ruinas del hotel balneario Águas Radium, en la Beira interior; y a Ponto de Lima, donde se describe una ciudad muy agradable con mucha historia a cuestas, bien resumida por el autor. Otro de los textos está dedicado a una figura clave de la historia portuguesa, el Marqués de Pombal. Y no podían faltar las referencias al fado, aunque se habla de fado de manera directa o indirecta también en los otros capítulos. García Prieto comenta la relación de amistad y de trabajo que existió entre el poeta Pedro Homem de Melo y la fadista portuguesa de más renombre, Amália Rodrigues. Algunos de los fados más famosos de la gran fadista tienen letra de este poeta.
Vuelvo al inicio de mi comentario: hay que destacar la labor divulgativa que está realizando Ángel García Prieto para dar a conocer las tierras, las costumbres y la música portuguesa, en especial el mundo del fado, del que es todo un experto. Gracias a él, y a la Asociación de Amigos del Fado de Asturias, un ejemplo de entusiasmo y de profesionalidad, los vecinos portugueses son cada vez más queridos, apreciados y conocidos.
Fado para un delirio
Ángel García Prieto y Pedro Trabajo Vega
Ediçoes DG. Linda-a-Velha (2020)
132 págs.
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