César, un escritor de prestigio, recibe el aviso de que ha fallecido Manolo Castro, periodista en una ciudad de provincias y quien fuera “su maestro y su guía” cuando, al acabar la carrera, trabajaron junto en el mismo periódico unos años. Entre los dos se estableció incluso una fuerte amistad que se mantuvo con el paso del tiempo. La muerte de su amigo provoca en César una fuerte sacudida interior.
Después del funeral, ya de regreso en el hotel en el que se hospeda, le entregan un paquete que alguien anónimo le ha dejado con la única novela que publicó en vida Manolo Castro, que fue requisada por la censura y de la que César no había visto ningún ejemplar. Desde entonces, aunque gran aficionado a la literatura, Manolo Castro, que supiera César, había renunciado a su carrera de escritor. Esta novela perdida, titulada también Vagalume, cuenta en clave literaria la historia del padre de Castro, perseguido por el franquismo y quien tuvo que refugiarse en la escritura de novelas populares del oeste y policiacas para sobrevivir y sacar adelante a su familia.
Pero no acaban ahí las sorpresas para César. En el despacho de la casa familiar, la viuda ha encontrado los originales de una obra de teatro, dos libros de relatos y siete novelas ya concluidas y escritas por Manolo Castro. Nadie, ni los familiares directos, sabían nada de estos escritos que se los ceden a César para que los lea, a ver si encuentra alguna clave que pueda explicar esta actitud tan secreta de Castro.
Vagalume cuenta la detenida lectura que hace César de estas novelas y los pequeños descubrimientos que va haciendo de la vida oculta de Manolo, una persona retraída y asocial. Sigue sin explicarse por qué no reveló a nadie la existencia de estas novelas. César habla con varios amigos de Castro, el periodista Carracedo y el pintor Santamaría, quienes le proporcionan alguna posible explicación, aunque tampoco sabían nada de esos libros. El examen que hace César de estos escritos es también un excelente ejercicio de crítica literaria y de análisis biográfico, pues le sirven para conocer más aspectos de la vida personal, familiar y profesional de Manolo en esa ciudad de provincias que nunca quiso abandonar.
Pero la novela es también un doloroso ejercicio memorialístico para César, pues revive muchos momentos de su estancia en esa ciudad, que ahora ve “desangelada y gris”: “parecía como si la ciudad entera fuera un reflejo de lo que fue y que tanto me costaba reconocer”. También, de su relación con
Manolo y otros muchos momentos de sus años como periodista, donde surgió su vocación de escritor, gracias en parte a los consejos de Manolo.
Poco a poco, Vagalume, nombre que se refiere a la luz que vaga en la noche y palabra con la que se quiere condensar que la vida de Manolo Castro ocultaba otras realidades que acaban saliendo a la luz, se convierte en una novela de suspense e intriga con unos ingredientes muy literarios que, en parte, recrean con mucha ficción la propia biografía del autor, Julio Llamazares (León, 1955), novelista, poeta y también autor de libros de viajes.
Relato realista, comedido, ajustado, bien llevado que pierde fuerza, sin embargo, a medida que se acerca el momento de la resolución. Antes, asistimos a la generosa semblanza que César hace de su amigo periodista, a la vez que descubre el secreto que esconde una parte oculta de su biografía que quizás explique muchas cosas de su pasado, de su vida y de su propia escritura.
Vagalume
Julio Llamazares
Alfaguara. Barcelona (2023)
224 páginas. 19,90 €.
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