“La vida de una esposa
y madre es a veces agotadora”, escribe irónicamente la
protagonista de esta novela, una dama de provincias, madre de dos
hijos, que vive en una casa de campo con un esposo que apenas hace
caso a sus graves preocupaciones, una cocinera díscola y una
refinada institutriz francesa. El libro está concebido como el
diario de una sufrida ama de casa de la clase alta a inicios de la
década de los treinta en Inglaterra. La autora es la prolífica
escritora E. M. Delafield (1890-1943), quien consiguió un importante
éxito con esta novela, muy leída en Inglaterra y publicada con
anterioridad por entregas en un diario londinense.
En
su diario, la protagonista anota las vicisitudes del día, intentando
así meter algo de distancia con esos hechos y juzgarlos de una
manera más fría y desapasionada. El tono del diario es leve y
ligero, sin grandes disquisiciones y escrito con un estilo directo y
deliberadamente superficial.
La
autora refleja bastante bien las contradictorias reacciones de la
protagonista, pues si por un lado quiere aparentar que su vida es más
apasionante e interesante de lo que parece, a continuación tiene que
rendirse a la evidencia de que todo lo que le pasa es bastante
sencillo y normal. Por ejemplo, tras un largo periodo de
convalecencia de una enfermedad, el primer día que sale de la
habitación se encuentra con una inesperada factura del ayuntamiento,
suceso que en el diario cuenta de esta manera: “qué poco se parece
esto a la pintoresca convalecencia de las novelas, cuando la visión
de unas flores de primavera del sol y de qué sé yo qué más viene
a alegrar a la heroína. Nunca se mencionan impuestos municipales ni
nada por el estilo”.
El
diario está repleto de anécdotas cotidianas: su tensa relación con
el servicio, las conversaciones con sus vecinas, sus artículos y
cartas al director en la revista local, la educación de sus hijos,
las fiestas, las cenas, las visitas de sus amigas, viajes a Londres
para reponer el vestuario, sus escasísimas conversaciones con su
marido, su siempre reducida cuenta corriente en el banco... En sus
diarios, sin acritud, salen a relucir sus enemistades con sus
vecinas, quizá lo que más le hace sufrir junto con los descubiertos
en el banco, que la obligan a pasar algunos momentos desagradables.
Con
un estilo desenfadado, la autora muestra el simple y a la vez
alambicado mundo interior de la protagonista, a veces obsesionada con
las apariencias y siempre muy pendiente de su encanto personal.
“Siento –escribe- que la vida es absolutamente insoportable, y
tomo la alocada decisión de hacerme con un sombrero nuevo”,
sensación y reacción que explican muy bien el voluble carácter de
esta dama de provincias.
Diario de una dama de provincias
E. M. DelafieldLibros del Asteroide. Barcelona (2013)
216 págs. 18,95 €.
T.o.: Diary of a Provincial Lady. Traducción: Patricia Antón de Vez.
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