Se publica por vez primera en
castellano la obra de la escritora norteamericana Lucía Berlin (1936-2004). Manual para mujeres de la limpieza es una selección
de 43 relatos de los 76 que escribió y publicó en diferentes revistas
literarias en las décadas de los 60, 70 y 80 y que reunió posteriormente en
tres volúmenes publicados en pequeñas editoriales. Poco a poco, sin embargo, la
literatura de Berlin, desconocida para el gran público, ha ascendido como la
espuma y se está convirtiendo en una autora de culto, muy leída y valorada, en
Estados Unidos y en otros muchos países, como demuestra el éxito de esta
antología en castellano, de la que en poco tiempo han salido varias ediciones.
Berlin publicó solo relatos. No se
dedicó profesionalmente a la literatura sino que los fue escribiendo de manera
esporádica. Muchos de ellos se refieren a su convulsa biografía, que alimenta
sus relatos de historias y personajes que saltan de un cuento a otro. Tal es
así que la lectura de estos relatos se asemeja a la de los distintos capítulos
de una autobiografía, eso sí, no muy fiel aunque se inspire en sucesos que ella
conoció y vivió, alterados literariamente por el desarrollo del relato.
Sorprende también su radical y original mirada femenina sobre todo lo que
cuenta, mirada que añade tonos literarios nuevos e insólitos.
Nació en 1936 en Alaska. El trabajo
de su padre en la industria minera lleva a la familia a residir en diferentes
localidades (Idaho, Kentucky, Montana...). El padre fue llamado a filas durante
la Segunda Guerra Mundial y Lucia, su madre y su hermana pequeña se trasladaron
a vivir con unos parientes a El Paso. Tras la guerra, vivieron durante años en
Chile en un ambiente de riqueza y privilegios que Lucia compartió con una dura
enfermedad, la escoliosis, que la obligó a llevar durante años un corsé
ortopédico de acero. Estudió a partir de 1955 en la Universidad de Nuevo
México.
Pero su vida a partir de entonces -y
ya incluso antes- no fue muy convencional. Se casó muy joven con un escultor
con el que tuvo dos hijos y que la abandonó para trasladarse a Europa a
estudiar. Se relacionó con escritores de prestigio, como Edward Dorn; con músicos,
poetas, artistas variopintos... Volvió a casarse en 1958 con el músico Race
Newton. Ya en Nueva York, Lucia se separó de nuevo y se casó con Buddy Berlin,
con quien tuvo dos hijos más. Sus matrimonios estuvieron llenos de problemas
provocados por el alcohol y las drogas. De Buddy se divorció en 1968.
Comienza entonces la época más dura
de la autora. Ya no volvió a casarse y se dedicó al cuidado de sus hijos. Para
sacarlos adelante, trabajó en diferentes ocupaciones que aparecen muy a menudo
en sus relatos: profesora de universidad y de secundaria, telefonista en una
centralita administrativa de un centro hospitalario, mujer de la limpieza,
auxiliar de enfermería... Vivió en Berkeley y Oakland. Y durante esos años,
complicados desde muchos puntos de vista, cayó en el alcoholismo y luchó hasta
conseguir dejar el alcohol. En 1991-92, se dedicó por entero en la ciudad de
México a cuidar de su hermana Sally, enferma de cáncer (suceso que se cuenta en
unos cuantos relatos muy biográficos). En 1994 se trasladó a la Universidad de
Colorado, donde colaboró con el profesor y escritor Edward Dorn. Se retiró por
enfermedad en 2000 y falleció en 2004 en Los Ángeles.
Aunque la antología incluye algunos
relatos que se escapan de su peripecia personal, la mayoría tienen que ver, de
manera directa o indirecta, con su propia y agitada vida. Así, aparece el
trauma del alcoholismo, los conflictos familiares, problemas laborales y
económicos, desesperadas relaciones amorosas, anécdotas profesionales... El
contenido es importante, pero lo que más sorprende de estos relatos nada
complacientes con el lector es el tono y el ritmo. Todo en ellos es concreto,
tangible, real. Los personajes están muy bien caracterizados y hablan
llanamente, sin rodeos; con una económica franqueza, aborda todos los temas y
situaciones; también hay ironía y humor,
rasgos que rebajan el ambiente a veces espeso y agrio de muchas narraciones.
Los finales suelen ser inesperados y cortantes, y en ocasiones los relatos
tienen la forma de una escena costumbrista y realista, sin desenlace.
El descenso a los infiernos toma
forma cuando describe su intensa, turbia y agitada vida (el alcohol, las
drogas, rupturas amorosas, abortos...), y la de personajes muy cercanos.
Pero queda suavemente mitigado por una
sugestiva piedad, ausente de valores trascendentes. Como escribe Lydia Davis en
un texto introductorio, "la brutalidad de la vida siempre queda atenuada
por su compasión", que en su caso es una explícita influencia de Chéjov.
La lectura de estos relatos deslumbra
por su novedad y por su arrolladora carga de humanidad, a menudo volcada hacia
personajes que viven en los márgenes de la sociedad, con una sucesión de vidas
rotas y fracasadas. Lucia Berlin describe este mundo desde dentro, con un
estilo directo, ingenioso y lúcido que da forma a una voz ciertamente única y
sorprendente, a pesar del mazazo moral que contienen sus historias.
Manual
para mujeres de la limpieza
Lucia
Berlin
Alfaguara.
Barcelona (201)
432
págs. 20,90 €.
T.o.:
A Manual for Cleaning Women: Selected
Stories.
Traducción:
Eugenia Vázquez Nacarino.
Edición: Stephen Emerson.
Edición: Stephen Emerson.
La quiero leer!
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