Periodista y escritor, Alberto de Frutos,
redactor-jefe de la revista Historia de
Iberia Vieja, acaba de publicar Historia
a pie de calle, libro en el que brillan las mejores virtudes literarias y periodísticas
del autor, como ya hiciera también en su anterior libro, Breve historia de la literatura española, un resumen muy ameno e
inteligente de lo mejor de nuestra literatura.
Como
escribe en el prólogo de esta “Crónica de la España que nos trajo el presente”,
el autor renuncia de manera explícita a la historia oficial para fijar su
atención en la historia mínima y doméstica, que desgrana en variados y amenos episodios
con los que da vida a toda una época. El libro abarca desde 1931 hasta la
actualidad y está dividido en seis grandes bloques cronológicos. En ellos,
Alberto de Frutos revive y reconstruye el ambiente sociológico y sentimental de
aquellos años, y rescata las ilusiones colectivas de la gente normal y corriente,
que tuvieron que soportar a lo largo de estas décadas momentos muy duros, como durante
la Guerra Civil y los años de hambre y de dictadura, a la vez que no tenían más
remedio que tirar para adelante, buscar consuelos y entretenimientos o, para
sobrevivir, emigrar al extranjero.
Comienza
el autor hablando de los años de la II República, donde recuerda la pasión que ya se vivía en esos años por el
fútbol (que comenzaba a ser un irresistible fenómeno de masas), las
consecuencias de la aprobación de la Ley de Vagos y Maleantes y la primera vez
que las mujeres acudieron a las urnas.
Luego, en los años de la Guerra Civil, destaca la llegada de las
Brigadas Internacionales, el multitudinario entierro en Barcelona de Durruti,
la accidentada evacuación de los cuadros del Museo del Prado y, entre otros
asuntos, la influencia de la propaganda radiofónica en los dos bandos de la
contienda.
Con el final de
la guerra entramos en los años de la autarquía. El autor rememora los
principales tebeos de la época, la creación de la muñeca Mariquita Pérez (todo
un símbolo y un negocio), el viaje de la División Azul para combatir en Rusia,
el hito del nacimiento de El Corte Inglés (y del Sepu, nunca hay que olvidarse
del Sepu: “Quien calcula compra en Sepu”), el consultorio de Elena Francis
(tengo metida su sintonía en la cabeza), las increíbles tiradas de El Caso, el inolvidable
gol de Zarra…
Los años sesenta y setenta son los de la arrebatadora sociedad de
consumo que transformaron la gris y plana sociedad española. Aparece la
televisión, comienzan las huelgas estudiantiles, las radionovelas eran capaces
de paralizar el país, el bikini viene para quedarse, nos visitan Los Beatles,
el Lute se convierte en mito, qué buenos eran los Chiripitifláuticos y los
Payasos…
Con la muerte
de Franco se inicia la vapuleada Transición, años en los que triunfan los
concursos televisivos como el Un, Dos,
Tres… y los programas de animales de Félix Rodríguez de la Fuente, se
legaliza el PCE, casi hay un golpe de estado el 23-F, la espumosa y cacareada
movida madrileña… El último capítulo transcurre desde 1982 a nuestros días,
donde se reviven episodios trágicos como las muertes que ocasionó el aceite de
colza, los atentados terroristas de ETA,
el curioso referéndum de la OTAN, la Huelga General de 1988, las Olimpíadas
de Barcelona, el gol de Iniesta en el Mundial de fútbol, la avasalladora
irrupción de las Nuevas Tecnologías en la vida cotidiana, la crisis y la plaga
de los mileuristas…
Me
interesa resaltar la calidad de la prosa del autor, pues buena parte de los
muchos aciertos de este libro residen en su manera de contar esta minúscula
realidad. No estamos ante un frío repertorio periodístico de instantáneas
históricas sino que el autor, con un estilo evocador repleto de matices y de
intuiciones literarias, reconstruye los sonidos, colores y sensaciones de toda una época sirviéndose de momentos,
personas, aficiones o fenómenos muy puntuales y conocidos. Como cuando escribe
sobre el programa “El hombre y la tierra”: “La épica de las imágenes se
remansaba en la voz de Félix, que hablaba con un ritmo de sístole y diástole,
como un corazón bien temperado”.
Obra
muy original y entretenida, de doméstica intrahistoria. El autor se ha detenido
exclusivamente en el mundo que forma parte de la gente de a pie: “no a los
reyes o a los políticos, que sobre ellos abundan los (buenos) ensayos, sino a
vosotros, a la gente que ha pasado hambre, a quienes soñaron con ponerse al
volante de un Seiscientos o celebraron los goles de Zarra o Iniesta. Esta es,
pues, de alguna manera, tu vida, y la de tus padres y tus abuelos. Esta es
nuestra vida”.
Historia a pie de calle
Alberto
de Frutos
Larousse.
Barcelona (2016)
224
págs. 14,90 €.
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