Guionista en Hollywood y
escritor con un tardío reconocimiento, John Fante (1909-1983) es
autor de un grupo de novelas protagonizadas por Arturo Bandini, su
alter ego literario. En estas novelas, algo autobiográficas, como
casi toda su producción, Fante describe sus experiencias como un
joven escritor a ratos fracasado. Y también publicó Llenos de
vida, una magnífica novela que con muchos rasgos de la biografía
de Fante habla con mucho sentido común y del humor de su matrimonio,
la religión, el trabajo, su familia, sus orígenes italianos.
Los relatos de El
vino de la juventud comparten con Llenos de vida una
parecida ambientación familiar. El volumen está formado por veinte
relatos, los doce primeros publicados en 1940. Salvo las dos últimas
narraciones, el resto tiene los mismos protagonistas y un mismo
narrador con diferentes nombres que pueden identificarse con el
propio autor, el hijo mayor de una familia de emigrantes italianos
que residen en Colorado.
Aunque se trata de
relatos diferentes, el libro puede leerse como una novela pues a la
misma ambientación y protagonistas hay que sumar que los relatos van
avanzando en el tiempo. Si en los primeros recuerda el narrador cómo
se conocieron sus padres y cómo fue la boda, luego va describiendo
la vida familiar: la madre, abnegada y entregada a la educación de
sus hijos; el padre, albañil que pasa largas temporadas sin trabajo
y que a su buen corazón hay que unir su fuerte y temperamental
carácter; luego, los cuatro hermanos, todos pequeños.
La
mayoría transcurren cuando el narrador y el protagonista son unos
niños que estudian en un colegio de monjas. En bastantes de ellos,
la religión tiene un papel protagonista. Siempre desde la mirada
ingenua y divertida del narrador, asistimos a su primera confesión y
comunión, a sus actividades como monaguillo, a la relación que
mantiene con algunas monjas y con los sacerdotes del colegio donde
estudian. Sus padres, católicos, se empeñan en transmitir a sus
hijos una buena educación, aunque el padre apenas frecuenta la
iglesia.
Todos
los relatos son muy humanos y divertidos y hablan de la familia, la
religión, de las monjas, los sacerdotes de una manera amable, aunque
el narrador protagonice algunas trastadas que tienen que ver con su
peculiar, y a veces surrealista, idea del pecado, la confesión y la
eucaristía. Otros relatos describen algunas escenas familiares, los
vecinos y amigos –casi todos también de origen italiano- y la
obsesión por el béisbol.
El paso del tiempo hace
mella también en el narrador, pues si comienza siendo un niño
ingenuo y bastante trasto, luego es un adolescente muy de la calle y
después un universitario que no acaba de asimilar su condición de
italiano y su formación católica.
La gran mayoría están
ambientados en la década de los años 20 y muestran la vida en
Estados Unidos desde la singular perspectiva de unos niños ya
plenamente integrados en la sociedad americana que tienen que
compartir las costumbres de sus padres, más reacios a sucumbir a las
tradiciones, la cultura y hasta el nuevo idioma.
El vino de la juventud
John FanteAnagrama. Barcelona (2013)
320 págs. 18,90 €. (en papel) 13,90 €. (digital).
T.o.: The Wine of Youth. Traducción: Antonio-Prometeo Moya.
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