“Lo importante es seguir viviendo
sin llamar la atención”, les dice a su familia Josef Rada, eficaz funcionario
del Ministerio de Tráfico en Praga, después de que el 15 de marzo de 1939,
fecha de inicio de la novela, los alemanes invadieran Checoslovaquia. Rada, que
participó en la Primera Guerra Mundial y desertó al bando ruso, rechaza el
régimen nazi, pero su acusado sentido del deber le lleva a no manifestar de
manera visible su oposición. Rada, ya en la cincuentena, vive para su familia y
no quiere arriesgar lo conseguido hasta ahora. Vive con Marie, su mujer, y su
hijo Edmund, estudiante de Medicina en la Universidad de Praga.
Por
su fama de eficaz y escrupuloso funcionario, el Consejero Ministerial Miroslav
Fobich consigue su traslado a la Sección III, que se encarga de la
planificación horaria del transporte por tren de armamento y soldados de
Checoslovaquia a Polonia y otros países donde ya se encontraban las tropas
alemanas. Rada censura en secreto el ostentoso colaboracionismo de Fobich, con
quien mantiene una tibia relación amistosa que se remonta a sus años de
estudiante.
La
represión alemana se agudiza en Praga y en toda Checoslovaquia. En una de estas
acciones, detienen a su hijo y a la novia de este, Jarmila. Tras una estancia
en la cárcel, a ella la trasladan a trabajar a una fábrica y a Edmond a un
campo de concentración, sin que apenas tengan noticias de su paradero. Esta incertidumbre
sobre el destino de su hijo y la creciente ola de actuaciones policiales de los
alemanes contra los checos provoca que Rada tome la decisión de colaborar con
la resistencia.
La
novela consigue retratar con intensidad el drama interior de Rada, un antihéroe
que no quiere complicarse la vida. Las mejores páginas son aquellas que
describen sus dudas y su temeroso carácter, condicionado por su enfermizo y
meticuloso cumplimiento del deber. La parte final, sin embargo, la que cuenta
la relación de Jarmila y Rada con la resistencia checa, se deja llevar a ratos
por un efectismo un tanto melodramático.
Winder
(1889-1946) escribió esta intensa novela en 1943, un icono de la literatura
antinazi, poco tiempo después de que sucedieran algunos de los dramáticos
hechos que se cuentan y de los que él fue testigo directo. Periodista de
renombre, se exilió a Gran Bretaña en 1939, tres meses después de la invasión
nazi. El deber estaba inédito en castellano.
El deber
Ludwig Winder
Periférica. Cáceres (2014)
268 págs. 18,95 €.
T.o.: Die Pficht.
Traducción: Richard Gross.
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