Desde
que en 1995 la editorial Sirmio publicase La vida difícil,
primer libro de relatos que se traducía del polaco Slawomir Mrozek
(Borzecin, 1930), se han publicado la mayoría de sus libros: Juego
de azar, Dos cartas, El árbol, El pequeño
verano, El elefante... También dramaturgo, Mrozek es más
conocido últimamente por sus relatos breves, que contienen una
original manera de enfrentarse a la realidad. La vida para
principiantes. Un diccionario intemporal, el último volumen que
se publica, es una antología con algunos de sus relatos más
celebrados.
Este
nuevo volumen contiene una selección de relatos publicados en sus
libros antes mencionados, realizada por Daniel Keel y Daniel Kampa.
Esta edición cuenta además con un epílogo escrito por Jan Sydney
que reivindica la importancia de Mrozek como narrador. Para el
crítico alemán Marcel Reich-Ranicki, citado en el epílogo, “Mrozek
es un humorista que habla muy en serio, un escritor satírico que se
burla del mundo con la intención de mejorarlo, es un surrealista que
se enfrenta a la realidad deformándola para que reparemos en su
verdadera naturaleza, es un hombre de lo absurdo que señala las
contradicciones para provocar a la razón”.
En
su juventud, Mrozek abrazó la causa del comunismo como la solución
para la descomposición ideológica que tuvo lugar en su país y en
el mundo occidental tras la Segunda Guerra Mundial, Primero trabajó
como caricaturista y periodista en la prensa polaca; luego nacieron
sus obras teatrales, que le dieron mucha fama y prestigio incluso
dentro del régimen. En 1957 publicó sus primeros relatos,
aparecidos en el volumen El elefante, ya publicado por
Acantilado. Abandonó Polonia en 1963, aunque todavía no había roto
definitivamente con el régimen comunista, lo que sucedió estando en
el extranjero. Desde entonces, Mrozek ha vivido en Francia, Italia y
después en México, donde permaneció hasta 1996, cuando regresó a
su país natal.
Sus relatos son breves,
brevísimos, de dos páginas como mucho. En tanto corto espacio, lo
importante es la originalidad del planteamiento y la sorpresa de la
resolución. Su punto de partida tiene mucho que ver con la
literatura del absurdo, pero Mrozek es diferente porque tiene siempre
los pies en el suelo. La experiencia de haber vivido en un país
comunista, abrumado por el peso de la propaganda y la demagogia, le
han hecho desconfiar de los discursos grandilocuentes y de los
sistemas políticos.
Aunque
algunos de sus relatos son una desternillante y cruel parodia de la
ideología comunista, los temas de sus relatos son muy amplios y
abarcan muchos aspectos de la condición humana, vistos siempre desde
su singular e insólita perspectiva. Con un inteligente y
divertidísimo sentido del humor, Mrozek cuestiona múltiples
aspectos de la realidad, dejando en evidencia el absurdo de muchas
ridículas convenciones y situaciones cotidianas.
Puede que a algunos
lectores estos relatos les parezcan leves o intrascendentes (ya se
sabe que con el sentido del humor existe poca unanimidad). A otros
muchos, estoy seguro, les provocará más de una carcajada. Y eso que
el humor de Mrozek, por su sentido irónico y realista de la
realidad, esconde también una visión desencantada y escéptica de
la vida.
La vida para principiantes
Slawomir
Mrozek Acantilado. Barcelona (2013)
153 págs. 12 euros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario