domingo, 10 de febrero de 2013

“Solo yo me salvo y otros relatos del tiempo sobrante”, de Carlos Villar Flor


 
Hace unos meses, Carlos Villar Flor (Santander, 1966) publicó su segunda novela, Mientras ella sea clara, una entretenida, exagerada y enrevesada historia amorosa con la que este autor, doctor en Filología Inglesa, traductor, profesor y director de la revista literaria Fábula, volvía a demostrar su buen oficio como escritor y su inteligente sentido del humor.
Solo yo me salvo y otros relatos del tiempo sobrante está compuesto por una novela corta, Solo yo me salvo, y una colección de relatos que el autor ha escrito en los últimos años con los que ha ganado algunos premios literarios y que han sido publicados en revistas. Tanto en la novela corta, que ocupa la mitad del libro, como en los relatos demuestra Villar una aguda capacidad para analizar, con mucha ironía y humor, algunas obsesiones contemporáneas.

Solo yo me salvo tiene un argumento ciertamente divertido. La novela está ambientada en una futura España –que ya no se llama así sino República Tolerante de España, con capital en Logroño- donde han cristalizado todas las reivindicaciones políticamente correctas de la sociedad actual, convertidas ahora en mandamientos inamovibles que marcan el ritmo de una sociedad moderna basada en los principios radicales de la tolerancia y la libertad absoluta. En esta sociedad futurista aparece de pronto un monje, Malaquías Winkle, que ha vivido recluido en su monasterio durante los últimos años, olvidado del mundo y de las nuevas leyes que marcan el camino de la República Tolerante. Este monje no ha cumplido con su obligación de reclamar la eutanasia activa a los 71 años, cuando se ha decidido que los ciudadanos pongan fin a su vida de manera voluntaria y optimista. La irrupción de Malaquías levanta todas las alarmas en esta sociedad, pues nadie se había saltado las normas, y menos una persona “ultrarreligiosa” que representa lo peor del pasado.

A Malaquías le hacen un juicio rápido para que cumpla con sus obligaciones como ciudadano y es condenado a la eutanasia. Pero antes de morir, vive una serie de experiencias con las que el autor, con un sarcasmo muy agudo, crítica el absurdo y el ridículo de muchos tics de la sociedad actual, empeñada en violentar a la naturaleza o imponer por la fuerza de la tolerancia una serie de modos de vida contrarios a la condición humana.

Todo esto lo hace el autor con mucho sentido del humor, la mejor arma para dejar en evidencia los errores educativos actuales, el igualitarismo radical en el lenguaje, los excesos de la ideología de género, el ridículo de la sexualidad a la carta, la desaparición de la religión (menos los islamistas, dueños de la situación) y los equilibrios de los políticos para huir de cualquier toma de posición que parezca sectaria. En una novela de estas características y con estas pretensiones, lo difícil es mantener el tono y el interés. Y Villar lo consigue con mucha imaginación, poniendo el dedo en la llaga de la inconsistencia de muchas de estas reivindicaciones.

En el resto de los relatos salen también temas muy actuales, críticas a determinadas formas de vida, sorpresas argumentales y relatos arriesgados en su planteamiento, como “La ballena de Jonás”, donde vuelve a utilizar el humor para abordar cuestiones de más peso.

 
Solo yo me salvo y otros relatos del tiempo sobrante
Carlos Villar Flor
Valnera. Villanueva de Villaescusa (Cantabria) (2012)
192 págs. 18 €.

1 comentario:

  1. Este libro debe de estar estupendamente bien, quisiera leerlo. Mientras tanto, em conformo con compartir este Blog de un colega que he descubierto recientemente: www.cascandonueces.wordpress.com, está muy bien! saludos..

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