Hace unos meses, Carlos
Villar Flor (Santander, 1966) publicó su segunda novela, Mientras
ella sea clara, una entretenida, exagerada y enrevesada historia
amorosa con la que este autor, doctor en Filología Inglesa,
traductor, profesor y director de la revista literaria Fábula,
volvía a demostrar su buen oficio como escritor y su inteligente
sentido del humor.
Solo yo me salvo y
otros relatos del tiempo sobrante está compuesto por una novela
corta, Solo yo me salvo, y una colección de relatos que el
autor ha escrito en los últimos años con los que ha ganado algunos
premios literarios y que han sido publicados en revistas. Tanto en la
novela corta, que ocupa la mitad del libro, como en los relatos
demuestra Villar una aguda capacidad para analizar, con mucha ironía
y humor, algunas obsesiones contemporáneas.
Solo yo me salvo
tiene un argumento ciertamente divertido. La novela está
ambientada en una futura España –que ya no se llama así sino
República Tolerante de España, con capital en Logroño- donde han
cristalizado todas las reivindicaciones políticamente correctas
de la sociedad actual, convertidas ahora en mandamientos inamovibles
que marcan el ritmo de una sociedad moderna basada en los principios
radicales de la tolerancia y la libertad absoluta. En esta sociedad
futurista aparece de pronto un monje, Malaquías Winkle, que ha
vivido recluido en su monasterio durante los últimos años, olvidado
del mundo y de las nuevas leyes que marcan el camino de la República
Tolerante. Este monje no ha cumplido con su obligación de reclamar
la eutanasia activa a los 71 años, cuando se ha decidido que los
ciudadanos pongan fin a su vida de manera voluntaria y optimista. La
irrupción de Malaquías levanta todas las alarmas en esta sociedad,
pues nadie se había saltado las normas, y menos una persona
“ultrarreligiosa” que representa lo peor del pasado.
A
Malaquías le hacen un juicio rápido para que cumpla con sus
obligaciones como ciudadano y es condenado a la eutanasia. Pero antes
de morir, vive una serie de experiencias con las que el autor, con un
sarcasmo muy agudo, crítica el absurdo y el ridículo de muchos tics
de la sociedad actual, empeñada en violentar a la naturaleza o
imponer por la fuerza de la tolerancia una serie de modos de vida
contrarios a la condición humana.
Todo esto lo hace el
autor con mucho sentido del humor, la mejor arma para dejar en
evidencia los errores educativos actuales, el igualitarismo radical
en el lenguaje, los excesos de la ideología de género, el ridículo
de la sexualidad a la carta, la desaparición de la religión (menos
los islamistas, dueños de la situación) y los equilibrios de los
políticos para huir de cualquier toma de posición que parezca
sectaria. En una novela de estas características y con estas
pretensiones, lo difícil es mantener el tono y el interés. Y Villar
lo consigue con mucha imaginación, poniendo el dedo en la llaga de
la inconsistencia de muchas de estas reivindicaciones.
En el resto de los
relatos salen también temas muy actuales, críticas a determinadas
formas de vida, sorpresas argumentales y relatos arriesgados en su
planteamiento, como “La ballena de Jonás”, donde vuelve a
utilizar el humor para abordar cuestiones de más peso.
Solo yo me salvo y
otros relatos del tiempo sobrante
Carlos Villar FlorValnera. Villanueva de Villaescusa (Cantabria) (2012)
192 págs. 18 €.
Este libro debe de estar estupendamente bien, quisiera leerlo. Mientras tanto, em conformo con compartir este Blog de un colega que he descubierto recientemente: www.cascandonueces.wordpress.com, está muy bien! saludos..
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