Conocido sobre todo por
sus novelas Las almas muertas y Taras Bulba, Gógol
(1809-1852) fue también autor de una serie de narraciones breves en
las que incluyó elementos fantásticos, sociales y hasta
surrealistas. Las dos narraciones más famosas de Historias de
Petersburgo son El capote, donde hay una original crítica
social partiendo de una deliciosa historia realista, y La nariz,
obra que ahora publica Gadir con ilustraciones de Esther Saura
Múzquiz.
Ambientada en San
Petersburgo, más que en ninguna otra introduce Gógol un sentido del
humor absolutamente disparatado que llega a ser incluso surrealista,
pues el argumento de este relato es la historia del asesor colegiado
Kovaliov, que se despierta una mañana sin su nariz. Ocultando el
rostro a sus amistades, Kovaliov sale a la calle para buscarla
desesperadamente por las calles de la ciudad. Y, curiosamente,
descubre a su nariz bajando de un coche, encarnada ahora en un
consejero civil. Kovaliov persigue a su nariz y la consigue dar
alcance en la catedral. Pero en un despiste de Kovaliov, la nariz
vuelve a huir. La búsqueda acrecienta el sentido absurdo del relato
y de la situación a la que tiene que enfrentarse Kovaliov que, sin
embargo, intenta guardar las apariencias en todo momento, con
verdadero pavor a que se conozca su desgracia.
La ambientación es muy
realista y, como en otras narraciones del autor, la irrupción del
ingrediente fantástico provoca una mezcla muy atrayente que, en este
caso, más que en El capote, no transmite una intención clara
sino que la historia puede interpretarse de diferentes maneras: como
una parodia de las convenciones sociales, una caricatura de la Rusia
de su tiempo, una crítica al carácter de determinados personajes
tópicos de aquella sociedad...
La nariz
Nikoláis GógolGadir. Madrid (2012)
80 págs. 16 €.
T.o.: Nos. Traducción: Enrique Moya.
Me encanta Gógol. Lo leí estos días y lo disfruté mucho. Son historias breves que tiene un trasfondo más profundo.
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